En otoño, que es la mejor época para cazar cabras en la región de La Bella, que se sitúa a doscientos kilómetros de la capital jordana, son muchos los cazadores que se meten en la cueva que llaman El Arrui para refugiarse del frío. Hay quienes incluso pernoctan en su interior.
El Arrui se encuentra situado en un enclave verde por el que discurre un arroyo cuyas aguas forman unas cataratas preciosas al caer por un barranco que se halla a tan sólo unos pocos metros. Cuando el arroyo arrastra leños, los cazadores saben que las temperaturas van a subir.
Hacia el sur, los excursionistas que frecuentan estos parajes han levantado un altarcito a un tal Sulmán, que, por lo visto, fue un cazador que murió a raíz de una mordedura de serpiente. Son muchos los que han perdido la vida por estas latitudes. Las causas principales son las que se enumeran a continuación:
1. Las serpientes poseen colmillos afilados.
2. Las cabras de los alrededores, a las que se conoce por distintos nombres, son escurridizas.
3. La belleza paradisiaca de los alrededores puede llegar a resultar cegadora.
Es importante recordar a los caídos. Dios los tenga en su gloria.
Tras las lluvias torrenciales que cayeron el año pasado, comenzó a circular el rumor de que la cueva del Arui había quedado inundada por la crecida del río. Yo no lo me lo podía creer, así que me cargué mi macuto a la espalda y, junto con un grupo de cazadores, me dispuse a visitar la cueva para comprobar la veracidad de aquella historia.
Al llegar a nuestro destino, descubrimos, para nuestro consuelo, que la cueva seguía, no sólo en pie, sino además en perfecto estado. Aún así, antes de celebrarlo, nos pusimos a rezar por las almas de aquellos que se precipitaron confiando en lo bonito que se evidenciaba el paisaje.
Escrito por Abdulmahdi Atallah Alkatameen.