Apenas quedan unas horas para que amanezca y dé comienzo el Eid.
¿Qué has dispuesto para la ocasión? ¿Lamentarán tus hijos haber nacido?
Se arremolinan junto al estante con las tarrinas de dulces y se niegan a abandonar la tienda y volver a casa con las manos vacías.
Estas fiestas toca que cicatricen las heridas que llevan todo el año sin querer cerrarse. Si no, la cosa pinta muy negra. Tienes el corazón al borde del colapso, enseguida pierdes la capacidad de concentración y te refugias en un silencio sepulcral, que veteas con el humo de tus cigarrillos, que se espesa en el techo hojalata de tu habitación.
¿Has incluido en tus cálculos la ayuda económica que quieres prestar a tus hermanas? ¿Has hecho bien las cuentas para que no les falte qué llevarse a la boca a tus inconsolables criaturas, cuyos insistentes ruegos por que les des de comer cordero estás venga a desoír?
Unas alitas de pollo habrán de bastar para acallar sus súplicas y para que ...Leer más