Cualquier parecido con la realidad es extremadamente intencionado.
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Diab me visitó en sueños y me pidió que le hiciera un plato de fattoush. Enseguida llamé a la madre de Sami para que me echara una mano.
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Las dos mujeres comenzaron a preparar el fattoush para el joven, que había muerto hacía dos meses. Esa misma tarde, la madre de Sami escribió en su muro de Facebook: “A veces pienso en el desgaste emocional que comporta cocinar, cantar y bailar para invitados que nunca llegan a hacer acto de presencia. No sólo no llegan a aparecer, sino que además nos ponen de manifiesto su ausencia. Hoy me he acordado de los rasgos que memoricé en su día de la poesía que versaba sobre la ausencia y la presencia. Después me he volcado en aprestar el fattoush para Diab, al que no tuve el placer de conocer. Sé cómo murió y conozco su cara de haberla visto en dos fotos. Una es la que cuelga de la ...Leer más