Tirita del frío que hace esa mañana de invierno, que combate arrebujada dentro de su chupa de cuero con cuello de piel de marta. Le espera un largo día por delante, que acomete avanzando por las calles embarradas que ha dejado la lluvia de hace un rato tras de sí. Llega al lugar acordado, arranca un par de hojas de la libreta que lleva bajo el brazo y las coloca sobre el banco de mármol junto a ella para sentarse encima sin calarse las posaderas. Se sienta de piernas cruzadas, a la espera de que pasen a recogerla.
Y espera, pero, al cabo de un rato, cae en la cuenta de que deben haber cortado la circulación por esa zona porque, por no pasar, no pasa ni un solo turismo. Comienza a chispear, se mete la libreta por dentro de la chupa para que no se moje, se levanta y echa a andar, hoy no puede permitirse llegar tarde. Procura caminar pegada a los edificios para permanecer a cubierto ...Leer más