Las ruinas de Volubilis

Volubilis Marruecos

Los relatos de viajes y aventuras siempre han fascinado al ser humano. A fin de cuentas, ¿a quién no le gusta viajar a las diversas ciudades comprendidas en este nuestro vasto mundo y descubrir la cultura de otros países? La que os voy a narrar es la historia de una ciudad entre mítica e histórica sita en Marruecos, más concretamente, al oeste de la ciudad Mulay Idrís. Se trata de Volubilis, una ciudad que visité hace ya varios años durante un recorrido que hice por este precioso país que es Marruecos. La ciudad es famosa, por un lado, por hallarse emplazada en una región de tierra fértil y, por otro, por la majestuosidad de sus edificaciones, que se remontan al inicio de los tiempos. Las ruinas dan fe de que, a lo largo de los siglos, han sido múltiples los pueblos que se han asentado en la zona (los romanos, los bereberes, los bizantinos, …). El iterativo relevo cultural al que fue sometida ha acabado dotando a la ciudad de un sugestivo eclecticismo arquitectónico. En 1997, la UNESCO la añadió a su lista de lo que considera Patrimonio Mundial de la Humanidad.

La he calificado de mítica porque es el lugar en el que se supone que el célebre héroe Hércules llevó a cabo algunos de sus trabajos, como el de decapitar a la deletérea Hidra de Lerna o el de derrotar a los pájaros del Estínfalo. Lo más probable es que los antiguos residentes de la ciudad estuvieran versados en el arte de tener mucho cuento, lo que, por otro lado, acabó convirtiendo la ciudad en un enclave turístico de entidad a escala internacional. Con mi macuto a la espalda y una pequeña cámara de fotos al hombro, deambulé por los antiguos muros, vestigios de épocas remotas, y trabé amistad con unos turistas alemanes que me detallaron lo impresionados que habían quedado con la ciudad, lo mucho que les habían deslumbrado su esplendor y belleza sobrecogedores. Asimismo, me pidieron que les tomara unas fotos para conservar un recuerdo de su visita. También coincidí con unos niños de primaria que venían de Tánger y se hallaban de excursión con el cole, o, más bien, con los valientes profesores que se habían quedado a su cargo. Me senté a almorzar y los observé mientras recordaba las lozanas primaveras de mi propia infancia. Al acabar de comer, continué mi visita echando fotos a diestro y siniestro. Entré en templos y en antiguas termas con inscripciones latinas. Finalmente, llegó la hora de emprender el camino de vuelta a casa. Me subí al autobús que se dirigía a mi ciudad, me puse los cascos y escuché algo de música tranquila, mientras, mirando por la ventana, me despedía de aquel magnífico lugar. Había pasado un día estupendo y la ciudad de Volubilis me había encantado: la belleza de su entorno; la suavidad de su brisa de aire puro; así como la afabilidad de los lugareños, cuyo sencillo estilo de vida también tengo por harto venerable. Por consiguiente, me prometí a mí mismo que algún día volvería a visitarla.

A vosotros, queridos compatriotas del Mundo Árabe, os invito a conocer esta ciudad arcaica y a disfrutar del tiempo que paséis por sus inmediaciones. Dejad que vuestra imaginación os transporte a la era de los grandes imperios, como lo fueron el romano y, seguidamente, el islámico.

 

Escrito por Mohamed Douhaji.

Elige tu propia aventura

¿Qué te llevarías al yacimiento arqueológico de una ciudad de la Antigüedad?

a) Un cazafantasmas.

b) Un picnic.