Angustia prematura

Ad Daljamun, Ad Delgamon, Kafr El-Zayat, Egypt

No escampa y ya va siendo hora. No es buena señal que la tormenta dure tanto. Me echo la manta sobre la cabeza y trato de conciliar el sueño en la esperanza de que, por la mañana, haya cesado de relampaguear.

Supuestamente, ya es de día para cuando amanezco, pero apenas se nota: fuera siguen cayendo chuzos de punta. Me pego a mi madre para sentirme a salvo.

Quiero poder salir a la calle para proseguir con mi vida. Me visto como si mi predisposición a tal efecto fuera a hacer alguna diferencia. Llego incluso a abrir la puerta antes de darme por vencido. El cielo se está desplomando. Adentrarme en las tinieblas que reinan en el exterior sería un acto suicida.

Para matar el tiempo, nos sentamos a la mesa a ponernos tibios. Al acabar, nos quedamos, no obstante, mirándonos las caras de brazos cruzados. Mi familia no es particularmente ducha en el arte de la conversación. Entre todos decidimos que, si para el día siguiente no ha dejado de llover, degollaremos un cabrito y se lo presentaremos al Todopoderoso en calidad de ofrenda ...Leer más

Quedada en Bab Al Louq

Bab Al Louq, Cairo, Egypt

Me quedo un rato examinándolo desde la distancia antes de anunciar mi presencia. Se halla fumándose una cachimba en la terraza. No es perfecto, ni mucho menos, pero siempre he confiado en su capacidad de cambiar. Además, no puedo obviar el aprecio que le tiene mi familia. Quiero creer que siento por él lo que se siente por la patria. A veces, me sorprende descubrir lo mucho que dependo de él.

Me está esperando. Hemos quedado para tomarnos algo en el café Souq El Hamediya y charlar. No tengo nada claro que esto sea una buena idea. De hecho, llevo todo el camino hasta aquí sopesando la opción de dar media vuelta. De pronto, no obstante, alza la vista y esta recae en mí. Ya no me queda más remedio que acercarme. Sonríe. Reparo en que se ha puesto guapo para quedar conmigo y me sonrojo. De todas formas, no es que tenga que hacer muchas virguerías para resultarme atractivo. Me habrían salido unos niños monísimos y con unas sonrisas de galán de cine, pero para eso ya ...Leer más

¡Albricias!

Mosque in Alexandria, Egypt

Lo que siento sólo cabe describirse como dicha plena. Mañana empieza el mes de Ramadán y la noche avanza a buen ritmo. Me quedo mirando los barcos de vapor que circulan por el canal Mahmudiya, cuyas aguas brillan a la luz de la luna. A Ali Al-Samra se le ha encomendado la misión sagrada de ir de casa en casa para anunciar el comienzo de las festividades a todo el pueblo. Yo me uno a la comitiva de mocosos que le sigue en zaga. Nos esforzamos por no mezclar los nombres a la hora de desearles felices fiestas a los cabezas de familia y por hacerlo, no sólo a coro, sino también al son del tambor que Ali aprovecha para tocar en esta ocasión tan señalada todos los años. No se puede decir que la coordinación y la armonía constituyan nuestro fuerte, pero, por lo menos, nos divertimos.

Una vez que hemos acabado de hacer la ronda, nos juntamos delante de la mezquita y, mientras esperamos a que llegue el ...Leer más

¡Chapó!

Cairo, Egypt

Una señora mayor pasa por mi lado. Me pongo a pegar saltitos para apelar a su humanidad, enternecerla y que me dé limosna. Mi estrategia, que he ido sofisticando con los años, parece surtir efecto una vez más. Se para, se saca el monedero del bolso y me echa algo de calderilla a la escudilla. Cuento mi botín mientras se aleja. Debo conseguir juntar un mínimo de trescientas libras para que mi padre me permita volver a entrar en casa.

Hace un frío que pela. Me arrebujo en mi camiseta y me froto las piernas para entrar en calor. Tengo ropa más abrigada en casa, pero mi padre no me deja ponérmela para salir a mendigar. Se trata, pues, de dar, cuanta más pena, mejor, y un crío de nueve años pidiendo en la calle al tiempo que tirita es, por lo visto, lo más parecido que existe a un mecanismo diseñado expresamente para derretir corazones.

Se acerca una pareja joven. Al verme, él le aprieta a ella la mano y ella aparta la mirada. ...Leer más

La tierra del oro

 Corridor of Sphinxes, Luxor, Karnak, Egypt

Lo mismo da cuántas veces me halle ante el templo de Luxor, que su suntuosidad siempre me sorprende. Me atengo al recorrido que hago siempre con mis grupos y me meto por la avenida de esfinges que une el templo de Luxor y el de Karnak, hasta llegar al lago sagrado, que es una auténtica maravilla. Es donde los monjes de aquel entonces realizaban sus abluciones.

Frente al lago, hay un escarabeo gigantesco, al que, en época faraónica, acudían las mujeres para recibir la bendición del dios Jepri y así poder quedar embarazadas. A día de hoy, son fundamentalmente turistas los que se ponen a darle vueltas en la esperanza de que les procure suerte. Yo no iba a ser menos. Le pegué un par de vueltas y me deseé un porvenir portentoso con mi pareja. No pude por más que sonreír pensando en lo ridículamente efectivo que había acabado resultando el método aquel para ganarse el favor del cielo, pues todo cuanto le había pedido al escarabeo hasta ahora, me ...Leer más

Sabiduría ancestral

Saint Catherine's Monastery close to Sharm el Sheikh, Egypt

Corre el año 2066. Sé que es invierno, pero no sabría especificar más allá. Si estoy escribiendo esto sobre el revés de uno de los pergaminos de la antigüedad que atesora el monasterio que me hallo encargado de custodiar es porque no he encontrado otro soporte sobre el que dejar constancia de lo que ocurre a mi alrededor. Es de suma importancia que se sepa lo que sucedió aquí y el tiempo se me agota. Con esta, ya van seis, las veces que a lo largo de este año he estado a punto de mancillar uno de estos pergaminos para anotar sobre él mis últimas palabras, pensando que mi vida se hallaba llegando a su fin.

Las alfanas que montan los jinetes del Apocalipsis piafan y corvetean desbocadas en el exterior, y su relinchar reverbera por las paredes que se yerguen intramuros y tiemblan. El cielo lleva encapotado meses; como si el sol no se aventurara o dignara a presenciar lo que se avecina; como si quisiera protegerse de que la ...Leer más

Ritos de paso

Shanway WA Kafr Al Badranah, Ashmoun, Menofia Governorate, Egypt

A la muerte de su hija, dejó de poder quedarse embarazada. Su marido tampoco se dejaba ver mucho por casa. Fue él quien, al echarse a sus brazos cuando ocurrió, asía la muñeca de su hija con fuerza, la misma a la que ella necesita poder acariciar el pelo todas las noches antes de acostarse para poder conciliar el sueño. Se acuerda de cuando, al levantarse, su alma seguía en el suelo. Su marido se agachó a recoger la serpiente muerta que le había lanzado su suegra porque estaba convencida de que su nuera estaba poseída por un espíritu de melancolía, al que había que pegar un susto para que abandonara su cuerpo y ella pudiera volver a quedar encinta. Hacía ya tiempo que se le había vencido el plazo que se les concede a las mujeres para estar en barbecho. También recuerda la última vez que la estrechó; ella ya no respondía. Le besó la frente; le llegó su olor. Le pellizcó la barbilla; tenía la piel seca. Le enjugó ...Leer más

Siguiendo la luz

Bayt al-Suhaymi, Cairo, Egypt

Pega un sol de justicia. El asfalto está que echa humo. Lo patea al paso que su sopor le permite. Los edificios a ambos lados de la calle parecen ir a echársele encima, a aplastarla y confinarla a un espacio insignificante que la reduzca a una expresión redundante. Ya comienza a notar los efectos, pues le cuesta articular frases que expresen nada que no pueda quedar dicho con un emoticono y un signo de exclamación.

Trata de huir de la realidad, pero esta siempre se acaba imponiendo. El truco está en convertirse en piedra, una con una superficie rugosa, que se asemeje al asfalto, para que la realidad le pase por encima y la exposición a esta sea la justa. Lo malo es que la realidad no se molesta en lavarse los pies y, del fregado que le hace, acaba una con el alma de mugre hasta el tuétano. No tuvo en cuenta en su momento que pudiera perder la apuesta que hizo por su futuro, uno que con el tiempo se ha tornado en una estatua ...Leer más

¿Quién ha abierto el grifo?

The Egyptian Forensic Medicine Authority in Cairo, Egypt

¿Y ese ruido? Suena como si alguien se hubiera dejado un grifo abierto, pero yo sé que eso no es posible, porque soy el único que se encuentra en el edificio y acabo de recorrérmelo de cabo a rabo para asegurarme de ello. Aguzo el oído para determinar su lugar de procedencia. Parece venir de la sala de autopsias. No obstante, juraría haberla dejado cerrada con llave. Vuelvo a ella. En efecto, se hallaba cerrada con llave. Entro. Resulta que sí que hay un grifo abierto. Lo cierro. Inspecciono los rincones donde alguien pudiera haberse escondido. Nada. Sólo somos yo y el joven que yace con el cráneo atravesado por una bala sobre la mesa de autopsia. Se ha debido de ver envuelto en un tiroteo.

A la mayoría, la morgue le da yuyu, pero no al tito Mahmud, que sólo le teme al Altísimo y no a ofender a los espíritus.

La morgue es un buen sitio para trabajar de noche. Es bastante tranquilo. La del Cairo posee dos puertas, una que ...Leer más

La habitación

TV in room

Cada vez que me voy a poner a escribir, mi mano se me rebela, alcanza el mando a distancia y enciende la tele. Se halla más allá de mi control. Con lo poco que tiene para ofrecerme el cacharro, no sé qué me lleva a caer en su embrujo, una vez tras otra. Digamos que me cuesta estar a lo que estoy.

Con el tiempo, el espacio que ocupa mi televisor ha ido en aumento. Yo estoy encantado, porque más pulgadas significa mayor realismo, y, sobre todo en lo que se refiere a las pelis, la diferencia se nota. Hace poco, vi una peli ambientada en el desierto. Pues, aquella noche, no pude pegar ojo de lo angustiado que me tenía que fuera a salir una serpiente venenosa de debajo de mi almohada y morderme en el cuello.

Hoy he decidido escribir sobre la soledad. Me he pasado la vida solo, pero no fue hasta que se me murió mi gata que comencé a sentirme solo de verdad. La muy torpe resbaló y se cayó del ...Leer más